Los 11 restaurantes más románticos de la Ciudad de México para cualquier tipo de cita

Al sur de la ciudad se ubica este restaurante dirigido por el chef Abel Hernández, de espacios modernos decorados en blanco, con mucha luz natural y una agradable terraza, excelentes para celebrar en pareja. Ofrece una carta de inspiración mediterránea como una moussaka de cordero, un short rib ahumado y braseado, fonduta de hongos o los dátiles rellenos de sobrasada. La carta de vinos destaca ejemplares de orígenes menos conocidos como Eslovenia, Croacia hasta Armenia. Si se está celebrando alguna fecha en especial como aniversario o San Valentín ellos se encargarán de poner detalles adicionales para que la velada sea especial.

La chef Elena Reygadas ha creado un universo a partir de su restaurante insignia, el cual entró en el puesto no.60 en The World’s 50 Best Restaurants 2022. Está ubicado en una hermosa casona de la Roma, de ambiente acogedor en el que destaca su patio de techos altos, luz natural y las enredaderas que adornan las paredes, ideal para celebrar un aniversario y por qué no, para regalar un anillo de compromiso. Aquí la chef despliega su lado creativo, su amor por la sencillez y el producto mexicano. Más allá de ponerle un sello italiano a su carta, la inclusión de las pastas responde más al trabajo artesanal de un alimento que se hace con las manos. Famosos son sus papardelle con higaditos de pollo y salvia o los gnocchi de papa que cambian según la temporada y que en época de lluvias llevan huitlacoche y verduras de la milpa. Su lado más mexicano se evidencia en el pozole verde con robalito o en el tamal de elote con crema ahumada. Todos sus postres sin excepción, valen la pena, pero hay uno sorprendente que siempre está en la carta como el helado de romero y aceite de oliva con hierbas frescas.

Este entrañable bar de vinos se encuentra en la Roma Norte y gran parte de sus mesas se encuentran en una terraza al lado de la banqueta, rodeada de plantas y árboles mientras que el interior es abierto con una decoración cálida y moderna al mismo tiempo, ideal para una primera cita. La lista de vinos naturales proviene sobre todo de Francia, Italia y España. Además, cuentan con una gran selección de ejemplares biodinámicos y de vinos naranja. El estilo de los platos pequeños se impone aquí para fomentar compartir todo al centro y disfrutarlos ya sea con un vino por copa o por botella. Destacan todas las preparaciones hechas con vegetales como la ensalada de haba, hinojo y stracciatella o el pepino tatemado con alubias y azafrán. Es necesario reservar y tener en cuenta que cierran a las 11:00 p.m

Este restaurante, moderno por su forma de bóveda de concreto y cálido y acogedor por la madera y las luces tenues, resulta óptimo para una segunda cita. Está comandado por el chef Marco Carboni, uno de los pioneros en la capital en hacer comida italiana contemporánea. Su filosofía busca enfatizar la materia prima y la temporada. Así mismo, el referente del nombre al oficio de la sastrería alude a lo hecho a mano, a lo artesanal porque todas las pastas son hechas en el restaurante. En los aperitivos el gnocco frito con prosciutto, parmesano y balsámico es uno de los más pedidos por los clientes frecuentes como también los calamari en costra de polenta. Hay gran variedad en forma y tipo de pastas, como el taglioni cortado a mano con mantequilla de rancho y trufa negra, el agnolotti relleno de short rib o el tortelli de ricota y quelites. Hay algunas mesas ubicadas afuera, ideales para disfrutar la tarde en pareja con alguna de las opciones por copeo de Italia.

Con un diseño que ofrece a los comensales un ambiente clásico y elegante con acabados de madera y una luz delicada durante la noche, Raíz es excelente para celebraciones en pareja. La carta es de cocina mexicana contemporánea y el chef ha creado unos menús degustación de seis y nueve tiempos, que incluyen platillos como sopa bicolor, pescado zarandeado, short rib con texmole, así como también uno de solo tacos elaborados con setas, flor de calabaza, pescado, cecina y chamorro en recado negro. La carta de coctelería privilegia los destilados mexicanos como en el Romina con mezcal, jerez fino, cordial de frambuesa y limón o la variedad de margaritas.

El chef Eduardo García quiso honrar la cocina francesa de los restaurantes en los que se formó como cocinero en su pasado. La entrañable terraza que rodea el salón principal da a los árboles frondosos de la calle Havre por la cual el restaurante lleva su nombre y en la que es posible disfrutar de una copa de vino de la selección de botellas francesas que tienen. En la carta, siempre hay especiales que cambian de acuerdo a la temporada, pero en los clásicos, siempre estarán sus escargots a la bourgignone, la sopa de cebolla y el filete de res a la pimienta con papas fritas. El aire romántico de la arquitectura de la casona lo hacen ideal para una comida en pareja, ya sea de día o de noche.

Desde que se entra a esta antigua casa porfiriana de la colonia Juárez hay un trabajo de seducción gracias a un hermoso patio con árboles, un ambiente acogedor, de paredes rústicas, luces tenues y velas que se derriten, ideal para una primera cita o un encuentro íntimo. La carta es mediterránea con acentos de Medio Oriente como el hummus o las brochetas de cordero con salsa de alcaparras para ser acompañados ya sea con una botella de vino o alguno de sus cocteles como el mojito royale con ron, oleo de hierbabuena, limón y prosecco. También hay una variedad de platos vegetales como la coliflor ahumada con crema de mostaza, el carpaccio de betabel o la ensalada de kale con hinojo y almendras.

Este restaurante en medio de la colonia Juárez, logra transportar a sus comensales al trópico no solamente gracias a su decoración con lámparas hechas en cestería, vegetación abundante, techo en forma de palapa y cojinería con trama tropical, sino por los sabores que recorren su carta, lo que lo hacen seductor para celebrar el día de San Valentín. El chef colombiano Sebastián Pinzón, quien fuera uno de los creadores de Celele en Cartagena, fue el encargado del menú que se pasea por las costas del Caribe como un ceviche de chicharrón con mix de vegetales, suero costeño y yuca o un coctel caribeño típico de las Islas del Rosario con camarones, pulpo, cangrejo y calamar. La coctelería también tiene una carga de sol, brisa y mar como su karukera elaborado con mezcal, cordial del Caribe francés, maracuyá y angostura bitters. Los jueves, por ejemplo, son de dominó para los amantes de las fichas, ideal para una cita distinta.

Una fiesta colorida y sabrosa es la que se sirve en las mesas de Mishiguene, un restaurante comandado por el chef argentino Tomás Kalika, que celebra la cocina de inmigrantes como lo es la judía. Los mezze o pequeños platos son el paso para comenzar y compartir al centro de mesa en una cita de parejas de amigos, en donde desfilan el babaganoush, los falafel, el hummus, los vegetales encurtidos, el muhamara o el labne. Continuar con platos más contundentes como el pulpo a las brasas sobre un puré de habas, chícharos y hierbas o el pastrón más conocido como pastrami, uno de los platos más populares. En la noche las luces bajan, se prenden las velas y se aprecian los fuegos de una impresionante cocina abierta.